Mireya Alcaráz, 14 años, escritora

En el mes de julio, María de Alicante me compró un ejemplar de Todas son buenas chicas. Unos minutos después, luego de haber leído en la solapa que yo imparto cursos de técnicas narrativas, se volvió para comentarme que su hija Mireya, de catorce años, escribía y leía mucho, y que a ella le parecía que lo hacía muy bien. Lo que a continuación me pidió fue que le recomendara lecturas y qué hacer para ayudar a su hija. Entonces recordé mis comienzos, y lo importante que fue para mí conocer a don Américo Cali (que comento en este Link), y, entonces, escribí en un papel mi correo electrónico y le dije que me enviara un relato.

El 4 de agosto, un mes más tarde, recibí este email:

Néstor Belda │ Escritura Creativa: MIreya Alcaráz
Dibujo digital a partir de fotografía  realizado por Rosa Prat Yaque.

Buenas tardes, Néstor:

Me ha costado decidirme a mandarte mi escrito. El motivo es evidente; nunca he sido analizada por un profesional que me fuese a dar su veredicto de manera directa, pero como las ganas de aprender son mayores que los miedos, por fin estoy dispuesta a exponer mi pequeña intrusión en el mundo de la escritura.

Espero con ansias tu valoración, y espero conocerte pronto.

Un saludo.

Mireya

Por si lo leyeron de prisa y no lo tomaron en cuenta, voy a repetirlo: Mireya Alcaraz, CATORCE AÑOS.

No voy a explicar ni lo que sentí ni lo que pensé cuando leí el relato de Mireya Alcaraz, pero sí les referiré lo que hice a continuación. Envié el relato a Txaro Cárdenas, redactora de MoonMagazine, sin mencionarle los datos de su autora, y previo consentimiento de sus padres y de Mireya. Cuando Txaro lo leyó me dijo que le había encantado, y cuando le dije la edad de la escritora, no salía de su asombro. No dudó en incluirlo en el siguiente número de MoonMagazine y en pactar una entrevista, siempre con el consentimiento de los padres. El relato, «Difícil de olvidar», lo podéis leer AQUÍ, y la entrevista AQUÍ.

Con esta breve introducción inauguro una nueva serie de post que irán reflejando los progresos de Mireya. Me asombra la tenacidad y la vocación literaria de esta niña de catorce años, del mismo modo que me ha asombrado su literatura, sus temáticas, nacidas de su poderosa capacidad de extrañamiento ante la realidad que la circunda. Es, para mí, una promesa literaria. Agradezco a María y a Javier, sus padres, el privilegio de poder seguir de cerca los avances de Mireya.

En principio, solo publicaré los comentarios y cNéstor Belda │ Escritura Creativa: MIreya Alcarázonsejos referidos a cada relato que me envía, que también pueden ser útiles a otros autores en formación. Respecto a los textos de Mireya, los publicaré únicamente si ella lo consiente.

El domingo pasado me envió este correo electrónico:

Hola, Néstor

Siento escribirte a estas horas de la madrugada, pero acabo de terminar un relato, y me gustaría que, cuando puedas, le echases un vistazo.

Muchísimas gracias por todo.

Un abrazo.

El comienzo de su camino de escritor

El relato es «Cobarde», una historia que se interna en el miedo que, muchas veces, nos paraliza y nos impide arriesgarnos a ir en busca de la felicidad; e inspirada, al parecer, en una frase de Mahatma Gandhi: «Los cobardes mueren muchas veces antes de morir». Prestad atención al tema, para la edad que tiene la autora.

Además de las correcciones realizadas en el propio texto del relato, le envié las recomendaciones que transcribo a continuación.

«Hola, Mireya

Con este relato me reafirmo en que eres una buena escritora, con estilo propio, con claridad, concisión y buen manejo gramatical. Ahora hay que trabajar otros aspectos. Pongo por delante lo siguiente: Tengo expectativas personales en tu escritura, y por eso espero que nada lo tomes como una crítica sino como parte de tu aprendizaje.

Por un lado, respecto a los diálogos, léelos en voz alta. Cuando lo hagas, notarás que todos los incisos del narrador le restan fluidez, que se traban. Con esto no quiero que te obsesiones, llegar a desarrollar diálogos fluidos y “expresivos”, para evitar los incisos del narrador, requiere trabajo. Tus incisos nacen de la necesidad de dotar de expresividad al discurso de los personajes. Por ejemplo:

Desarrollar diálogos fluidos y “expresivos”, para evitar los incisos del narrador, requiere trabajo Clic para tuitear

—Sí, simplemente quería acercarme y hablar, no quería fuego. —Carraspeó y miró hacia el horizonte.

—¿Y si hubiese tenido fuego? —Sonreí y analicé cómo me seguía con la mirada de reojo.

—Sabía que no lo ibas a tener. —Chasqueó los dientes y me miró—. Eres demasiado joven para fumar, y no tienes pinta de ser una chica muy rebelde, así que,  no esperaba que lo tuvieses…

Con el tiempo, conseguirás que sea el propio discurso el que deje patente esas expresiones, y aligerarás los incisos. Para ello te recomiendo leer cuentos de Hemingway y Raymond Carver, reyes del diálogo.

El resto:

Primero, hay un asunto que no le veo la conexión, y es la escena inicial (la discusión de los padres), con el resto del cuento. Acuérdate SIEMPRE de esto: en narrativa nada es CASUAL, sino CAUSAL. Nada ocurre por casualidad, y si empiezas con una escena así, el lector espera que eso “signifique algo”. Chejov decía que si en la primera escena pones un revólver, en algún momento tiene que dispararse.

Acuérdate SIEMPRE de esto: en narrativa nada es CASUAL, sino CAUSAL. Clic para tuitear

Segundo, ahora comprendo el asunto del narrador que me planteaste. El tema de los narradores es complejo y, aunque muchos le restan importancia, para mí siempre fue uno de los pilares fundamentales de la estructura narrativa. En este enlace de mi blog, al final del post, hay un vídeo muy interesante (Link).

Pero para dilucidarlo, vamos a poner orden:

1. En “Cobarde” no hay dos personajes principales. Hay uno secundario que, con su actitud, hace que la chica (la protagonista), al llegar el desenlace, no sea la misma del principio.

2. Has resuelto tu inquietud, la de que el secundario exprese su interioridad, mediante una carta. Es un buen recurso pero, ¿es el mejor? Reflexiona si al crear esa carta no le has restado protagonismo a los personajes. Salvando los detalles que te apunto al principio, tus diálogos son frescos. Medítalo.

3. Piensa en que una historia, en algún momento, debe dar un giro. Pero para conseguirlo, hay que prepararlo. Debes “tocar el hueso” de esa cobardía, que es lo que va a propiciar el giro de la historia. Entonces, volvamos al punto anterior. Deja que estos personajes se explayen, ¡suéltalos!, si lo analizas, te lo están pidiendo. Entonces, sentirás como si te guiaran y, cuando estén en el punto más intenso de la relación, ¡zaz!, el giro, la necesidad de enfrentar la realidad con valentía, de superar la cobardía, incluso con el alto precio de romper esa relación. Llévalos hasta sus últimas consecuencias. No tengas miedo, para borrar hay tiempo, pero tienes que ahondar en esa relación, que los lazos entre ellos se estrechen para que esa despedida sea más significativa.

4. Prueba cambiar el narrador. Por ejemplo, inténtalo con uno externo, en tercera persona. Te garantizo que es un gran ejercicio probar con diferentes focalizaciones. El último cuento de mi libro lo escribí cuatro veces, porque no me conformaba el narrador. Hazlo, ganarás mucha experiencia.

Por último, me encanta como escribes, me encanta la historia, pero tienes que hurgar más en esa herida. Hay una gran escritora en ti. Puedes hacerlo.

Un abrazo.»

Podéis seguir a Mireya en Twitter ►https://twitter.com/mire_af

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