La redundancia

La redundancia

La redundancia es la adición de palabras cuyo significado, explícita o implícitamente, ya está incluido en el concepto del texto o mensaje. Por ejemplo, «avanzar hacia adelante», cuando el significado de avanzar es, según la RAE, adelantar, mover o prolongar hacia adelante.

Hasta aquí, bien, todo muy claro, ¿verdad? El problema es que la redundancia navega en aguas agitadas y bastante turbias, porque existe una figura retórica, el pleonasmo, que también es una redundancia, pero cuyos fines son el refuerzo expresivo del texto o mensaje. De modo que, en principio, todo lo que no sea pleonasmo es, lisa y llanamente, un error, hijo de la carencia de vocabulario.

Entonces, si está tan claro, ¿por qué un artículo sobre la redundancia? Porque, además del problema de discernir si una redundancia es un pleonasmo o una burrada, existe algo que he denominado «especificidad», la cualidad de poseer algo que lo caracteriza o distingue de otro.

Redundancia y especificidad

Hace ya algún tiempo —bueno, mucho tiempo, exactamente el 23 de octubre de 2018—, mientras con mi amiga Marian Ruiz Garrido manteníamos una de nuestras muy entretenidas conversaciones, surgió la duda de si había redundancia en la siguiente frase:

«…los lugareños decidieron pintar murales en las paredes de los edificios».

Para mí, en vista de las acepciones de mural de la RAE, era más que evidente:

  1. adj. Perteneciente o relativo al muro.
  2. adj. Dicho de una cosa: Que, extendida, ocupa una buena parte de pared o muro. Mapa mural.
  3. m. Pintura o decoración mural.

Incluso, si a la acepción 3 le aplicáramos el método matemático de reemplazar «mural» por sus expresiones equivalentes en las acepciones 1 y 2, la redundancia seguiría ahí, imperturbable:

  1. m. Pintura o decoración [perteneciente o relativa al muro (acepción 1)].
  2. m. Pintura o decoración [que, extendida, ocupa una buena parte de pared o muro (acepción 2)].

Pero Marian, que, como diría Salinger, es una chica muy sensata, decidió que para asegurar certezas lo mejor era consultar a los que ella llama «los oráculos», léase, la RAE y Fundéu. Y los oráculos hablaron:

RAEconsultas:

En respuesta a @marianRGK

#RAEconsultas Puede considerarse redundante en la medida en que un mural (como su nombre indica) suele ser una pintura realizada sobre un muro o pared, aunque también PUEDEN realizarse murales en el techo.

En respuesta a @marianRGK

#RAEconsultas Por otra parte, recuerde que la redundancia es un fenómeno natural en la lengua, que responde la mayoría de las veces a razones de refuerzo expresivo que no cabe censurar.

Fundéu:

En respuesta a su consulta «Expresión redundante o no»: No es estrictamente redundante, ya que PUEDEN pintarse en los techos.

Aunque la respuesta de la RAEconsultas es bastante más contundente que la de Fundéu, las dos son un tanto ambiguas. Ambas introducen una posibilidad: pueden pintarse en el techo, pero ninguna de las dos niega categóricamente la inexistencia de redundancia. Fundéu  dice que no es estrictamente redundante; la RAE dice que puede considerarse redundante. Y aquí entra en mi concepto de la especificidad, que viene a ser la diferencia entre lo que se sobreentiende y lo que merece aclaración. Veamos.

Ante la frase «los lugareños decidieron pintar murales en los edificios», ¿alguien preguntaría si son murales en las paredes o en el techo? Pues no, porque lo propio, por definición, es que una pintura mural se realice en una pared o muro. Lo específico, lo que merece aclaración, no es que se haya realizado en la pared, sino en otro sitio. Por ejemplo: …los lugareños decidieron pintar murales en los techos de los edificios.

Pero alguno podría argumentar que la RAE también aclara que la redundancia es un fenómeno natural en la lengua, que responde la mayoría de las veces a razones de refuerzo expresivo que no cabe censurar. Vale, ¿y qué refuerzo expresivo podemos defender en «pintar murales en las paredes»?

En cambio, no hay redundancia en una frase tipo «los lugareños decidieron pintar un mural en una pared de nueve metros de altura» o «los lugareños decidieron pintar un mural en la pared norte del edificio», porque lo que merece aclaración es que no se trata de cualquier pared, sino de una pared «específica».

Tengo una anécdota. Una vez, mientras le echaba una mano con la mudanza, mi amigo me pidió que intentara no arrastrar la mesa por el suelo. Entonces le pregunté que por dónde prefería que la arrastrara. Ya salió el corrector, dijo. El suelo es un accesorio incorporado de serie en el verbo arrastrar, es lo que se sobreentiende. Lo específico, lo que merece aclaración, aparece cuando se arrastra algo o alguien por el barro, por la ladera de la montaña, por las escaleras, por el tejado… Sigue siendo el suelo, pero con connotaciones específicas.

«Navegar por el agua» es una redundancia. Pero se puede navegar por el mar, por un río o un lago. Eso es especificidad.

La redundancia y la concisión

Volvamos a la respuesta de la RAE: fenómeno natural en la lengua, que responde la mayoría de las veces a razones de refuerzo expresivo que no cabe censurar. Vale, de acuerdo, pero en el habla cotidiana, y aquí hablamos de literatura, específicamente, de narrativa. Y la concisión es inmanente a la narrativa, y una de las destrezas lingüísticas que más les cuesta desarrollar a los autores. Con este artículo pretendo aportar un poco de luz para que lo consigáis y evitar que los autores se refugien en eso del «refuerzo expresivo» para justificar redundancias que lo único que demuestran son las carencias de concisión y vocabulario. Tomemos por caso «el entorno que los rodeaba era fantástico». El significado de «entorno», según la RAE, es: Ambiente, lo que rodea.

Cuando la redundancia es una obviedad

Sin embargo, algunas redundancias no son el resultado de la adición de palabras cuyo significado, explícita o implícitamente, ya está incluido en el concepto del texto o mensaje, sino que entran en el plano de las obviedades. Veamos algunos ejemplos de textos que he leído o editado:

«El pasillo estaba iluminado por antorchas encendidas» o «La luz de una farola encendida». Obvio, si no estuvieran encendidas, el pasillo no estaría iluminado y la farola no emitiría luz.

«Le rondaban pensamientos por la cabeza…». Obvio, a ver si le van a rondar por los pies.

«Esquirlas de alguna granada detonada». Obviamente, sin detonación no hay esquirlas.

Redundancias necesarias

No hay que ser dogmático. Hay casos en los que el contexto exige un «refuerzo expresivo», primordialmente porque hay acciones que el lector no vincula a una magnitud concreta, a pesar de que la RAE es contundente. Por ejemplo:

Agarrar con fuerza. [Agarrar: Asir fuertemente.]

Golpear violentamente. [Golpe: Acción de dar con violencia un cuerpo contra otro.]

Estalló la bomba y voló por los aires. [Volar: Dicho de una cosa: Elevarse en el aire y moverse algún tiempo por él.]

Un listado de redundancias

La redundancia es el producto irrefutable de la carencia de vocabulario, que no solo afea el estilo y la imagen del autor, sino que afecta directamente a la concisión. A continuación os dejo un listado de algunas de las redundancias que he hallado en obras que he corregido (iré agregando). La verdad es que son muy pocos los textos en los que no encuentro redundancias y obviedades, pero también es muy cierto que pocos autores tienen el hábito de recurrir a ese antídoto para muchos de los males: el diccionario.

Nunca te fíes de lo que crees saber.

  1. Abofetear en la cara [Bofetada: Golpe que se da en el carrillo con la mano abierta. Carrillo: parte carnosa de la cara, desde los pómulos hasta lo bajo de la quijada.]
  2. Aborigen local/Aborigen nativo [Aborigen: 1. Originario del suelo en que vive. Animal, planta aborigen. 2. Habitante de un lugar, por contraposición al establecido posteriormente en él. Tribus aborígenes.]
  3. Acariciar con suavidad… [Caricia: demostración cariñosa que consiste en rozar suavemente con la mano el cuerpo de una persona, de un animal, etc.]
  4. Accidente fortuito/involuntario. [Accidente: suceso eventual que altera el orden regular de las cosas.]
  5. Amigo personal. [Amistad: afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.]
  6. Antecedentes previos. [Antecedente: preceder, ir delante en tiempo, orden o lugar.]
  7. Apilados unos encima de otros. [Apilar: Poner una cosa sobre otra haciendo pila.]
  8. Argayos de rocas y tierra… [Argayo: desprendimiento de tierra y piedras por la ladera de un monte.]
  9. Arrastrar por el suelo. [Arrastrar: `llevar a alguien o algo por el suelo, tirando de él o de ello.]
  10. Ascuas incandescentes… [Ascua: Pedazo de cualquier materia sólida y combustible que por la acción del fuego se pone incandescente y sin llama.]
  11. Aterido de frío. [Aterir: pasmar de frío.]
  12. Aterrado por el miedo. (Aterrar: aterrorizar, causar terror. Terror: miedo muy intenso.]
  13. Atragantar[se] algo en la garganta. [Atragantar: Ahogar o producir ahogos a alguien por detenerse algo en la garganta.]
  14. Avanzar hacia adelante. [Avanzar: adelantar, mover o prolongar hacia adelante.]
  15. Bloc de papel. [Bloc: conjunto de hojas de papel superpuestas y con frecuencia sujetas convenientemente de modo que no se puedan desprender con facilidad]
  16. Bofetada en la cara. [Bofetada: golpe que se da en el carrillo con la mano abierta. Carrillo: parte carnosa de la cara, desde los pómulos hasta lo bajo de la quijada.]
  17. Brasas incandescentes. [Brasa: leña o carbón encendidos, rojos, por total incandescencia.]
  18. Breve interludio. [Interludio: breve composición que ejecutaban los organistas entre las estrofas de una coral, y modernamente se ejecuta a modo de intermedio en la música instrumental.]
  19. Callejón estrecho. [Callejón: paso estrecho y largo entre paredes, casas o elevaciones del terreno.]
  20. Carraspera en la garganta. [Carraspera: cierta aspereza de la garganta, que obliga a desembarazarla tosiendo]
  21. Cecina seca. [Cecina: carne salada, enjuta y seca al aire, al sol o al humo.]
  22. Cerrar la puerta de un portazo. [Portazo: golpe recio que se da con la puerta.]
  23. Continuar con la rutina de costumbre. [Rutina: costumbre o hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y de manera más o menos automática.]
  24. Contrabando de bienes ilegales. [Contrabando: comercio de mercancías prohibidas por las leyes a los particulares.]
  25. Contratiempo inesperado/inoportuno/no deseado. [Contratiempo: accidente o suceso inoportuno que obstaculiza o impide el curso normal de algo.]
  26. Cordillera montañosa. [Cordillera: serie de montañas enlazadas entre sí.]
  27. Corrillos de personas hablando entre sí. [Corrillo: corro donde se juntan algunas personas a discutir y hablar, separados del resto de la gente.]
  28. Coscorrón en la cabeza. [Coscorrón: Golpe en la cabeza, que no produce sangre y duele.]
  29. Crespón negro. [Crespón: tela negra que se usa en señal de luto.]
  30. Cuchichear en voz baja. [Cuchichear: Hablar en voz baja o al oído a alguien, de modo que otros no se enteren.]
  31. Deambular sin rumbo. [Deambular: andar, caminar sin dirección determinada.]
  32. Demarcar los límites. (Demarcar: delinear, señalar los límites o confines de un país o terreno, especialmente de las concesiones mineras.]
  33. Derribar al suelo. [Derribar: 1. Arruinar, demoler, echar a tierra muros o edificios. 2. Tirar contra la tierra, hacer dar en el suelo a alguien o algo.]
  34. Desbocado y sin control. [Desbocar: desmandarse, descomedirse, perder el control. Durante las agitaciones, el pueblo se desbocó.]
  35. Descubrir/conocer por primera vez… [Una vez descubierto/conocido algo, no hay segunda vez.]
  36. Devorar con ansia/avidez. [Devorar: comer algo con ansia y apresuradamente.]
  37. Disimular para que no se note nada. [Disimular: 1. Ocultar o encubrir con astucia lo que se piensa o siente. 2. Ocultar o encubrir algo que se siente y padece. 3. Ocultar algo para que no se vea o para que parezca distinto de lo que es.]
  38. Duna de arena. [Duna: colina de arena movediza que en los desiertos y en las playas forma y empuja el viento.]
  39. El entorno que lo rodea. [Entorno: ambiente, lo que rodea.]
  40. Encontró un tocón de árbol… [Tocón: parte del tronco de un árbol que queda unida a la raíz cuando lo cortan por el pie.]
  41. Enterrar bajo tierra. [Enterrar: poner algo o a alguien debajo de tierra.]
  42. Entrecruzar entre sí. [Entrecruzar: cruzar dos o más cosas entre sí, enlazarlas.]
  43. Escrutar cuidadosamente. [Escrutar: indagar, examinar cuidadosamente, explorar.]
  44. Esnifar por la nariz. [Esnifar: aspirar por la nariz cocaína u otra droga en polvo.]
  45. Exultante de alegría. [Exultante: que muestra gran alegría o satisfacción.]
  46. Hacer un ademán moviendo… [Ademán: movimiento o actitud del cuerpo o de alguna parte suya con que se manifiesta disposición, intención o sentimiento.]
  47. Hemorragia de sangre. [Hemorragia: flujo de sangre por rotura de vasos sanguíneos.]
  48. Hueco por dentro. Hueco vacío. [Hueco: que tiene vacío el interior.]
  49. Indeleble para siempre. [Indeleble: que no se puede borrar.]
  50. Jactarse orgullosamente/con orgullo. [Jactar: Dicho de una persona: Alabarse excesiva y presuntuosamente, con fundamento o sin él y aun de acciones criminales o vergonzosas. Presuntuoso: Lleno de presunción y orgullo.]
  51. Jauría de perros. [Jauría: conjunto de perros mandados por el mismo perrero que levantan la caza en una montería.]
  52. Juan cayó desplomado. [Desplomar: dicho de una persona: Caerse sin vida o sin conocimiento.]
  53. Juntas de unión entre. [Junta: unión de dos o más cosas.]
  54. La causa que motiva. [Causa: 1. Aquello que se considera como fundamento u origen de algo. 2. Motivo o razón para obrar.]
  55. La luz me cegó los ojos. [Cegar: quitar la vista a alguien. Vista: sentido corporal con que los ojos perciben algo mediante la acción de la luz]
  56. Lamer [algo] con la lengua. [Lamer: pasar la lengua por la superficie de algo.]
  57. Llenar por completo. [Llenar: ocupar por completo con algo un espacio vacío.]
  58. Lo golpeó con el puño cerrado. [Puño: mano cerrada]
  59. Superpuestos uno encima del otro. [Superponer: añadir algo o ponerlo encima de otra cosa]
  60. Losa de piedra. [Losa: piedra llana y de poco grueso, casi siempre labrada, que sirve para solar y otros usos.]
  61. Malgastar inútilmente. [Malgastar: disipar el dinero, gastándolo en cosas malas o inútiles.]
  62. Materia prima para su transformación. [Materia prima: materia que una industria o fabricación necesita para transformarla en un producto.]
  63. Mendrugo de pan. [Mendrugo: pedazo de pan duro o desechado.]
  64. Merodear por las inmediaciones de… [Merodear: vagar por las inmediaciones de algún lugar, en general con malos fines.]
  65. Meter dentro de… [Meter: encerrar, introducir o incluir algo dentro de otra cosa o en alguna parte.]
  66. Mueca en el o del rostro. [Mueca: contorsión del rostro, generalmente burlesca.]
  67. Murmurar entre dientes. [Murmurar: Hablar entre dientes, manifestando queja o disgusto por algo.]
  68. Musitar en voz baja. [Musitar: hablar en voz baja, susurrar.]
  69. Nunca antes. [Nunca: 1. En ningún tiempo. 2. Ninguna vez.]
  70. Obligado forzosamente. [Obligar: mover e impulsar a hacer o cumplir algo, compeler, ligar.]
  71. Ojeras bajo los ojos. [Ojera: mancha más o menos lívida, perenne o accidental, alrededor de la base del párpado inferior.]
  72. Opinión personal. [Opinión: juicio o valoración que se forma una persona respecto de algo o de alguien.]
  73. Pámpanos de las vides. [Pámpano: Sarmiento verde, tierno y delgado, o pimpollo de la vid.]
  74. Pertrechados de armas. [Pertrecho: municiones, armas y demás instrumentos, máquinas, etc., necesarios para el uso de los soldados y defensa de las fortificaciones o de los buques de guerra.]
  75. Posibles contingencias. [Contingencia: posibilidad de que algo suceda o no suceda.]
  76. Preestablecido con anterioridad. [-pre: indica anterioridad local o temporal, prioridad o encarecimiento.]
  77. Pregonar en voz alta. [Pregonar: publicar, hacer notorio en voz alta algo para que llegue a conocimiento de todos.]
  78. Provenir originalmente. [Provenir: dicho de una persona o de una cosa: Nacer, originarse, proceder de un lugar, de otra persona, de otra cosa, etc.]
  79. Punzada de dolor. [Punzada: dolor agudo, repentino y pasajero, pero que suele repetirse de tiempo en tiempo.]
  80. Relamerse los labios. [Relamer: lamerse los labios una o muchas veces]
  81. Relinchos de caballos. [Relincho: voz del caballo]
  82. Rememorar recuerdos. [Rememorar: recordar.]
  83. Retroceder años a atrás… [Retroceder: volver hacia atrás.]
  84. Robar lo ajeno. [Robar: quitar o tomar para sí con violencia o con fuerza lo ajeno.]
  85. Salir a afuera. [Salir: pasar de dentro a afuera.]
  86. Salir del interior de… (casa, coche, ect.) [Salir: Pasar de dentro afuera.]
  87. Secreto oculto. [Secreto: cosa que cuidadosamente se tiene reservada y oculta.]
  88. Secuestrada contra su voluntad. [No requiere más comentarios.]
  89. Seguir a unos pasos detrás. [Seguir: ir después o detrás de alguien.]
  90. Sobresalto repentino/imprevisto. [Sobresalto: sensación que proviene de un acontecimiento repentino e imprevisto.]
  91. Sobrevolar sobre… [Sobrevolar: volar por encima de alguien o de algo, como un lugar, una ciudad o un territorio.]
  92. Sorpresa inesperada/imprevista. [Sorprender: Conmover, suspender o maravillar con algo inprevisto, raro o incomprensible.]
  93. Tiene un bigote de espuma sobre el labio superior. [Bigote: conjunto de pelos que nacen sobre el labio superior.]
  94. Tontería sin importancia. [Tontería: dicho o hecho sin importancia.]
  95. Traición sin consentimiento. [¿Alguien pide permiso a la persona que va a traicionar?]
  96. Túnel subterráneo. [Túnel: vía subterránea abierta artificialmente para el paso de personas y vehículos]
  97. Turbante en la cabeza. [Turbante: Tocado propio de las culturas orientales, que consiste en una faja larga de tela que se enrolla alrededor de la cabeza.]
  98. Un famoso muy conocido. [Famoso: ampliamente conocido.]
  99. Vislumbrar tenuemente. [Vislumbrar: ver un objeto tenue o confusamente por la distancia o falta de luz.]
  100. Yesca seca. [yesca: Cosa sumamente seca, y por consiguiente dispuesta a encenderse o abrasarse.]

6 comentarios en “La redundancia”

  1. Excelente nota sobre redundancias. Me has hecho reír mucho, porque me vi identificada en cada una de ellas, y veo que, los escritores, las usamos casi siempre. Y es falta de vocabulación y consición, me queda más que claro. Mucho me gustaría volver a tener clases en tu taller. Tal vez algun día pueda ser. Te mando un abrazo desde Patagonia, hoy fría y humeda, ideal para escribir y pensar, mientras se lee algun buen libro. Saludos para tí y tu familia.

  2. Antonia María Carrascal

    No está mal recordar las redundancias que a veces se nos van, fruto de trasladar a la literatura el lenguaje coloquial. Tengo una duda sobre la jauría (que también podría ser de lobos). ¿Estoy equivocada? De acuerdo con todo lo demás y agradecida por el recordatorio. Un corrector como tú es impagable. Un abrazo.

  3. Saludos.
    Se desplomó inerte. ¿Es una redundancia sin posible escusa? Temo que sí. Y reconozco haberlo escrito.
    Muchas gracias.

    1. Hola, Javier:
      Gracias por tu comentario.
      En realidad, no es una redundancia. La 3ª acepción del verbo «desplomar», según la RAE, es: Dicho de una persona: Caerse sin vida o sin conocimiento. Esto significa que hay dos posibilidades: sin vida o sin conocimiento. Por su parte, la 3ª acepción de «inerte» es «sin vida», de modo que decir que alguien se desplomó «sin vida o inerte» no es una redundancia, sino una especificación.
      Un abrazo.

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