Tuve una amiga —escritora, según dice de sí misma— que ya no me quiere, incluso creo que me odia. Ese camino hacia la destrucción de nuestra ¿amistad? comenzó cuando me pidió que diera mi voto a un relato suyo para ayudarle a ganar uno de esos concursos que se suelen organizar en las redes sociales. Pasados unos días, me preguntó que por qué no la había votado, y le dije que, primero, el relato era muy malo; segundo, que tenía muchos errores ortográficos y gramaticales; y tercero, que un concurso no debía ganarse por el voto de los amiguitos.
No obstante, el hecho que reventó nuestra relación ocurrió en 2015, unos días después de que se anunciara la concesión del premio Nobel a Patrick Modiano. Nos habíamos encontrado para asistir a la presentación de un libro de relatos. Mientras caminábamos hacia el sitio, me comentó que ya se había descargado gratis, de «una página que yo sé [sic]», tres novelas del flamante Nobel. Cuando yo le reproché su acto de piratería, me respondió que daba igual, que Modiano ya tenía bastante dinero. No es por el dinero, le dije yo, es por su trabajo. Si le robas a un colega, ¿qué no harías si llegases a un cargo político?
En resumen, la amistad se fue a la mierda porque no fui capaz de tolerar dos actitudes que, en definitiva, son el germen de la corrupción de la que tanto nos quejamos. Os cuento esta historia personal porque hace unos días, por iniciativa de Ana González Duque, varios escritores nos hemos unido bajo el hashtag #escribiresmitrabajo para denunciar el daño ocasionado por la piratería. Por cierto, con tristeza y asco, mucho asco, veo que algunos están aprovechando la repercusión del hashtag para promocionar sus libros y servicios.
Si le robas a un colega, ¿qué no harías si llegases a un cargo político? #escribiresmitrabajo Clic para tuitearNo es que yo vaya a decir algo nuevo y original sobre la piratería. Varios colegas han escrito artículos en sus blog bajo el título Escribir es mi trabajo, y me parece innecesario repetir conceptos que ellos han expuesto con tanta claridad. Prefiero que los leáis. Al final del artículo os dejaré los enlaces que he recopilado.
Lo que voy a hacer es más que nada vomitar mi rabia.
LA ESCRITORA A PUNTO DE JUBILARSE
Entre los autores que me confían sus obras para la corrección y edición, hay una mujer que ha escrito seis novelas. Como no tiene conocimientos informáticos, además de mis servicios, me pidió que publicara sus obras en Amazon. Por supuesto, ya están pirateadas.
La escritora tiene 65 años, le quedan unos meses para jubilarse, y su ilusión es verse valorada y publicada por una editorial. Por esa razón me puse en contacto con los organizadores del ENDEI (Encuentro Nacional de Editoriales Independientes), que se organiza todos los años en Castellón. Juanvi, la cabeza visible del ENDEI, me comentó que las editoriales suelen rechazar obras que ya han sido publicadas en plataformas digitales tipo Amazon. Digamos que dan por seguro que han sido pirateadas. Esto es un hecho incontestable: si publicas en Amazon, hazte a la idea de que, inexorablemente, te van a piratear. Es razonable que una editorial no quiera invertir en una obra que se puede leer gratuitamente. Bueno, gratuitamente no, se puede leer a costa del sacrificio del autor.
MÁS ALLÁ DE LOS DAÑOS ECONÓMICOS
He puesto en la imagen destacada una fotografía de una mesa de trabajo vacía, como si alguien se hubiese llevado todo el trabajo del escritor.
Escribir es mi trabajo es el título de los artículos y del hashtag con los cuales los escritores buscamos crear conciencia para evitar, o al menos mitigar, los daños que causa la piratería. Pero hay mucho más detrás de esas palabras. Yo no vivo de lo que escribo, pero me consta que muchos colegas están dejándose muchas horas, más que la de un trabajo «normal», para intentar vivir de su arte. Muchos de ellos venden sus obras por 0,99 € o 1,99 €, y así todo se las piratean.
La piratería es mucho más que un delito, es una marca de la naturaleza humana. #escribiresmitrabajo Clic para tuitearYa es grave que alguien se ocupe de piratear y colgar los trabajos ajenos en una página de descarga, pero si existen es porque hay hijos de puta que demandan las copias piratas por no gastarse 0,99 € o 1,99 €. Pero esto no ocurre porque «no puedo pagar ese precio», es hijoputez lisa y llana. Seguramente son los mismos que, como mi examiga, se les va la vida en quejas por la corrupción política y el respeto de los derechos de los trabajadores. Pero, ¿qué te piensas, que un escritor no es un trabajador, que es un ser celestial o un funcionario a sueldo creador de novelas como servicio público?
Esto es como la paradoja del anticapitalista que va a las manifestaciones y tuitea desde su iPhone, el producto estrella de un icono del capitalismo. Chaval, ¿estás tan ciego que no ves que tú mismo estás alimentando al monstruo que combates?
La piratería es solo la punta de iceberg de una sociedad inconsistente, que demanda derechos y libertades infinitos, pero sin asumir que estos derechos y libertades exigen responsabilidad social, empatía. Los escritores, sobre todo los independientes, TRABAJAN amenazados por la sombra de estos hijos de puta. ¿Hace falta que un escritor te diga: escribir es mi trabajo? No, no hace falta. Lo que hace falta es respeto, entender que «la libertad no es hacer lo que me venga en ganas». Hace falta conciencia y responsabilidad social.
La piratería es solo la punta de iceberg de una sociedad inconsistente. #escribiresmitrabajo Clic para tuitearMás allá de todo lo que significa para un escritor, más allá de los daños económicos, de la sensación de impotencia, la piratería es el símbolo de una sociedad corrupta, la misma de la cual salen nuestros políticos. Los piratas no son entes cibernéticos. No. Son vecinos de tu barrio, del mío. Quizá sea ese que te encuentras en el bar y te dice que este país es una mierda.
La piratería no es un hecho aislado, y me niego a aislarlo porque me afecte directamente. Es una seña de la naturaleza humana que enmarca la falta de solidaridad, de respeto, de conciencia social. No se diferencia en nada de aquellos que compran camisetas de 2,00 €, sabiendo que ese chollo lo paga alguien que está siendo explotado en su puesto de trabajo, aunque sea en la otra punta del mundo.
Como escribí en uno de mis artículos para MoonMagazine, «No tengo muchas esperanzas en la humanidad. Lo siento. De verdad que lo siento mucho. A veces quisiera creer que toda la puta mierda que veo es solo la parte visible de un iceberg, que lo bueno está sumergido […]».
Todo esto me da mucho asco.
BONUS TRACK
Obviamente, el bonus track de esta entrada está dedicado a los colegas que han escrito sobre sobre escribir es mi trabajo. Son los que he podido detectar. Si sabes de otro, por favor, avísame para incluirlo. A continuación los enlaces.

Escribir es mi trabajo, Ana Gonzalez Duque
Escribir es mi trabajo, Jennifer Moraz
Escribir es mi trabajo, David Olier
Escribir es mi trabajo, Rafael de la Rosa
Escribir es mi trabajo, Jaume Vicent Bernat
Escribir es mi trabajo, Pablo Ferradas
No te olvides del hashtag: #escribir es mi trabajo. Que no se quede en una acción para ganar unos retuits.
Imagen destacada: Kari Shea
6 comentarios en «Escribir es mi trabajo»
La gente corrupta lo es gracias a que tiene amigos que amparan sus fechorías. Celebro tu impecabilidad, Néstor Belda. ¿Quién, si no, pondrá los márgenes y los límites? Un amigo que pretende que seas su cómplice ¿no desdice lo más genuino de la amistad? No sé cómo vamos a engrandecerla y a cuidar entonces de lo humano… Y si no lo hacemos nosotros, ¿quién?
Saludos, compañero de letras.
Hola, Marian.
Tal cual, y encima se dan por ofendidos. Me he ganado algunos enemigos por mi actitud, pero también la amistad de personas geniales. Como dijo mi esposa, nos moriremos pobres, pero honrados.
Un abrazo.
Coincido contigo en la condena de la piratería en todas sus modalidades. En esencia se trata de robar, tanto si se hace mediante herramientas informáticas, con palanqueta, o bien a mano armada. Todo se reduce al expolio del trabajo de los demás en beneficio propio. Desconozco los detalles de la figura penal de la piratería literaria, por lo que no puedo pronunciarme acerca de su rigor, o su permisividad.
Por otra parte, agradezco los datos que proporcionas sobre las plataformas que editan las obras de los escritores noveles. La verdad es que, hasta ahora, tenía una idea difusa del asunto. Tomo nota.
Gracias y un saludo.
Tampoco conozco en profundidad la figura penal, pero no hace falta una ley para saber que la piratería es un delito, al menos moral.
Me alegra saber que el artículo te ha sido de utilidad.
Saludos.
Me gusto la nota sobre la «piratería».. En mi caso no lo haría jamás pero no solo por razones éticas sino por orgullo. De que jactarme si no fue creación mía.
Un abrazo querido colega Néstor.
Martha Alicia Lombardelli